El bruxismo, comúnmente conocido como el hábito de apretar o rechinar los dientes, es una condición que muchas veces pasa desapercibida hasta que sus consecuencias se vuelven evidentes. Si bien suele asociarse con problemas dentales o dolor mandibular, uno de sus efectos menos conocidos pero bastante frecuente es el dolor de cuello.
Al igual que mencionamos en nuestro artículo sobre el dolor articular en la tercera edad, donde exploramos cómo ciertas molestias pueden estar conectadas con otros sistemas del cuerpo, en este caso sucede algo similar: el bruxismos puede generar tensión muscular que se extiende más allá de la boca, afectando los músculos del cuello.
En este artículo explicaremos de manera sencilla cómo el bruxismo y el dolor cervical están estrechamente relacionados, qué señales pueden ayudarte a identificarlo y, sobre todo, qué puedes hacer para aliviar las molestias y mejorar tu calidad de vida.
¿Qué es el bruxismo?
Como mencionamos anteriormente, el bruxismo es una condición en la que una persona aprieta, cruje o rechina los dientes de manera involuntaria, muchas veces sin darse cuenta.
En algunos casos puede presentarse al dormir, o como un hábito de algunas personas durante el día. Aunque en sus primeras etapas puede parecer inofensivo, con el tiempo puede generar diversas molestias físicas.
Tipos de bruxismo
- Bruxismo diurno: La persona aprieta los dientes de manera consciente o inconsciente durante el día.
- Bruxismo nocturno: Ocurre mientras se duerme y pasa desapercibido.
Principales causas
- Estrés y ansiedad
- Problemas de mordida o alineación dental
- Trastornos del sueño
Aunque muchas personas no son conscientes de que padecen bruxismo, sus efectos se manifiestan con el tiempo en forma de dolor, desgaste dental y tensión muscular, que pueden extenderse incluso hasta el cuello.

¿Cómo se relaciona el bruxismo con el dolor de cuello?
Aunque a primera vista el bruxismo parece un problema exclusivo de la boca o los dientes, sus efectos pueden extenderse a otras áreas del cuerpo, especialmente al cuello. Por este motivo, es común que personas en una clínica de rehabilitación física en CDMX busquen tratamiento para aliviar estas molestias.
Esta conexión tiene una base muscular y postural que ayuda a explicar por qué muchas personas con bruxismo también experimentan dolor cervical sin saber que ambas molestias están relacionadas.
A continuación, explicamos algunas de las formas principales en que el bruxismo puede afectar el cuello:
1.- Tensión muscular constante
Cuando apretamos la mandíbula con fuerza, ya sea durante el día o mientras dormimos, los músculos de la cara y la cabeza no son los únicos involucrados. También se activan músculos del cuello, la nuca y la parte superior de la espalda, que terminan sobrecargados. Esta tensión sostenida provoca rigidez, contracturas y dolor.
2.- Desalineación mandibular y postural
El bruxismo puede alterar la posición natural de la mandíbula, lo que afecta la alineación de la cabeza y el cuello. Esta descompensación postural obliga a los músculos cervicales a trabajar de más para mantener el equilibrio, generando malestar y, en casos prolongados, incluso dolores de cabeza o mareos.
3.- Dolor irradiado
Los músculos de la mandíbula como masetero o el temporal están conectados con los músculos del cuello. Cuando estos se inflaman o se sobrecargan, el dolor puede irradiarse hacia la nuca, los hombros e incluso la espalda alta, causando molestias difíciles de identificar en su origen.
4.- Trastornos del sueño y fatiga
El bruxismo nocturno interrumpe el descanso profundo, lo que genera fatiga muscular al despertar. Esta falta de descanso puede traducirse en rigidez cervical matutina, sensación de pesadez y disminución de la movilidad del cuello.
Señales de alerta
Identificar los signos de bruxismo es el primer paso para tratar la causa de fondo y no solo el síntoma. En centros especializados en medicina del deporte en CDMX puedes encontrar apoyo para aliviar las molestias asociadas.
Estas son algunas señales de alerta que pueden indicar una relación entre el bruxismo y el dolor de cuello:
- Dolor al despertar
Si al levantarte sientes el cuello rígido, la mandíbula tensa o incluso dolor en la cabeza o los oídos, es posible que hayas estado apretando los dientes durante la noche de manera inconsciente.
- Tensión en mandíbula y sienes
Otro síntoma es el dolor o sensación de fatiga en los músculos faciales, sobre todo al masticar o hablar. Estos pueden ser una pista clara de que estás usando dichos músculos en exceso incluso cuando no es necesario.
- Chasquido o bloqueos al mover la mandíbula
Los ruidos o dificultad al abrir o cerrar la boca pueden indicar problemas en la articulación temporomandibular, los cuales muchas veces están relacionados con el bruxismo.
- Dolores de cabeza frecuentes
Los dolores en la cabeza, especialmente aquellos que se localizan en la zona de las sienes o la nuca y que no parecen tener una causa clara, podrían estar ligados a la tensión muscular derivada del bruxismo.
- Dolor o presión en cuello, hombros y parte superior de la espalda
Una molestia que se extiende o cambia de zona suele tener un origen muscular. Cuando hay sobrecarga mandibular, los músculos del cuello intentan compensarlo generando ese malestar.

Recomendaciones para el dolor de cuello
El tratamiento del bruxismo y su relación con el dolor de cuello requiere un enfoque integral. Uno de los primeros pasos suele ser acudir al dentista para valorar el uso de una férula nocturna, que ayuda a proteger los dientes y reducir la tensión mandibular.
Además, la fisioterapia CDMX especializada puede aliviar la rigidez muscular del cuello y la mandíbula, complementándose con ejercicios de estiramientos y relajación. Como el estrés es una de las principales causas, es fundamental trabajar en su manejo mediante técnicas de relajación o ajustes en el estilo de vida.
Dormir bien, reducir el consumo de estimulantes como la cafeína y cuidar la postura también contribuyen a disminuir los episodios. En muchos casos, lo más efectivo es combinar la atención de un odontólogo, un fisioterapeuta y un profesional en salud mental para abordar el problema de forma correcta.
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