En nuestro blog hemos hablado con anterioridad sobre algunos consejos clave para prevenir lesiones cervicales, especialmente útiles para quienes pasan muchas horas frente a la computadora o realizan movimientos repetitivos.
En esta ocasión, queremos ir un poco más allá y hablarte de una condición que muchas veces es la consecuencia de lesiones mal tratadas o del desgaste progresivo del músculo: la fibrosis muscular.
Esta afección, que puede parecer poco común, es en realidad más frecuente de lo que imaginamos, especialmente en personas activas, mayores o con enfermedades musculares crónicas.
A lo largo de este artículo hablaremos sobre qué causa esta condición, cuáles son sus causas, así como las opciones que existen para tratar y mejorar la calidad de vida. ¿Te interesa conocer más al respecto? Entonces sigue con la lectura de esta información que preparamos para ti.
¿Qué es la fibrosis?
La fibrosis es un proceso patológico en el que se acumula tejido conectivo fibroso en un órgano o tejido, como respuesta a una lesión, inflamación crónica o daño repetitivo; es decir, es como si el cuerpo actuara para reparar un área dañada, pero en lugar de regenerar el tejido original de forma completa, lo reemplaza con una especie de cicatriz interna.
El tejido que se forma en la fibrosis es rico en colágeno, y aunque ayuda a estabilizar la zona lesionada, no cumple las funciones normales del tejido original. Por esta razón puede generar rigidez, pérdida de elasticidad y alteraciones en la función del órgano o músculo afectado.
¿Qué causa la fibrosis muscular?
La fibrosis muscular es una respuesta del cuerpo ante un daño o agresión continua al tejido muscular. Este proceso puede tener distintos orígenes y conocer sus causas es fundamental para prevenirla o tratarla adecuadamente, por lo que enseguida te explicamos cuáles son las razones más comunes de su aparición:

1.- Lesiones musculares repetitivas o mal curadas
Cuando un músculo se lesiona, el cuerpo inicia un proceso natural de reparación; sin embargo, si las lesiones se repiten con frecuencia o no sanan correctamente, el tejido muscular puede cicatrizar de manera anormal, reemplazando por tejido fibroso en lugar de regenerar fibras musculares sanas.
2.- Enfermedades neuromusculares
Otra de las causas son las enfermedades neuromusculares crónicas, estas afectan la conexión entre los nervios y los músculos o directamente las fibras musculares. Con el tiempo, estas enfermedades provocan daño constante a los músculos, y en el intento de reparación, el cuerpo acumula colágeno y forma tejido fibroso.
Esto es común en enfermedades como la distrofia muscular de Duchenne, donde la fibrosis contribuye significativamente a la pérdida progresiva de fuerza.
3.- Envejecimiento
Con la edad, los músculos pierden elasticidad, fuerza y capacidad regenerativa. La reducción de actividad física y los microdaños que no se reparan de forma eficiente llevan a una mayor acumulación de tejido fibroso.
Además el envejecimiento suele ir acompañado de un aumento de procesos inflamatorios de bajo grado, que también favorecen la fibrosis.
4.- Inflamación crónica
La inflamación prolongada, ya sea por una enfermedad sistémica o por una sobrecarga muscular constante, activa las células responsables de la producción de colágeno. Esta respuesta del cuerpo, útil en el corto plazo, se vuelve contraproducente cuando se mantiene en el tiempo, provocando rigidez y reducción de la función muscular.
5.- Atrofia muscular
Asimismo, cuando un músculo no se utiliza durante un periodo largo, como podría ser a causa de una fractura o por estar en cama por enfermedad, se atrofia. Esa falta de movimiento puede hacer que el músculo pierda elasticidad y que se forme tejido fibroso como resultado del desuso.
6.- Infecciones o enfermedades
Ciertas infecciones o enfermedades como el lupus, la miopatía inflamatoria o la esclerosis sistémica pueden generar inflamación en el tejido muscular, esa inflamación daña las fibras musculares y activa mecanismos de fibrosis.
En las enfermedades autoinmunes, el sistema inmunológico ataca los propios músculos del cuerpo, provocando una destrucción crónica que favorece la formación de tejido cicatricial.
Tratamientos para la fibrosis muscular
Actualmente no existe una cura definitiva para la fibrosis muscular, ya que el tejido cicatricial no puede transformarse nuevamente en músculo. Sin embargo, el tratamiento se enfoca en detener su progresión, reducir síntomas y recuperar la funcionalidad muscular.
A continuación te presentamos algunos de los tratamientos que se implementan para mejorar el estado de pacientes con fibrosis muscular:
Fisioterapia y rehabilitación
La fisioterapia en CDMX es el pilar del tratamiento; a través de ejercicios y técnicas manuales, se busca mejorar la movilidad, la fuerza y disminuir la rigidez.
También se emplean técnicas de liberación miofascial, en las que las manipulaciones manuales liberan tensiones profundas en el músculo y el tejido conectivo. Esto permite estimular la circulación sanguínea con lo cual se reduce la inflamación y alivia el dolor.
Medicamentos
El tratamiento farmacológico tiene como objetivo controlar el dolor, la inflamación y los espasmos musculares; en caso de presentarse, los médicos especialistas suelen recetar antiinflamatorios no esteroides como el ibuprofeno o naproxeno.
De igual manera se pueden utilizar los corticoides cuando hay inflamación, sin embargo, su uso debe ser controlado para evitar efectos secundarios. Los relajantes musculares, por otro lado, también se pueden usar como una alternativa adicional para reducir espasmos o rigidez que impidan el movimiento.

Suplementos y nutrición
Los especialistas en medicina del deporte CDMX mencionan que una alimentación adecuada puede favorecer la regeneración de tejidos y disminuir la inflamación crónica. Por lo tanto, se recomienda el consumo de antioxidantes y omega-3, ya que ayudan a combatir el estrés oxidativo asociado a la degeneración muscular.
Asimismo, la vitamina D mejora la salud muscular y ósea, especialmente en personas con deficiencias, al igual que el colágeno hidrolizado que apoya la salud del tejido conectivo, aunque su eficacia aún está en estudio.
Terapias avanzadas
La terapia con células madre, por ejemplo, es una de las alternativas especializadas que pueden implementarse con casos más complejos o resistentes. Ésta busca regenerar el tejido muscular dañado, sin embargo es importante notar que se encuentra aún en fase experimental.
Dentro de estas opciones avanzadas, la terapia con ondas de choque extracorpóreas se ha consolidado como una opción eficaz para estimular la curación de tejidos profundos y aliviar el dolor crónico.
Esta técnica no invasiva utiliza ondas acústicas de alta energía que penetran en los tejidos y activan procesos biológicos como la regeneración celular, la formación de nuevos vasos sanguíneos y la modulación de la inflamación.
Uno de sus principales beneficios es la capacidad de liberar la fibrosis articular, una acumulación de tejido cicatricial que limita la movilidad y causa rigidez; se mejora la elasticidad del tejido y se favorece la recuperación del rango de movimiento. Es especialmente útil en pacientes con pérdida funcional tras inmovilización prolongada o lesiones.
En casos más severos se opta por cirugías que implican la liberación de adherencias o extirpación del tejido fibroso. Esta opción se suele emplear cuando el tejido limita totalmente el movimiento o causa dolor intenso en los pacientes.
En Holfer, creemos que la prevención, el conocimiento y el bienestar van de la mano. Si este tema te resultó útil, te invitamos a seguir nuestro blog, donde cada semana compartimos consejos, información médica confiable y estrategias para cuidar tu salud muscular.